sábado, 13 de agosto de 2011

Los cinco elementos sagrados

Imagen tomada de www.atravesdelvisor.com


-Siempre es mejor hablar primero de los colores sagrados y después de los elementos sagrados, ya que el color es una de las propiedades de éstos. El Primer Elemento, llamado a veces Principio o Esencial, es la Tierra. La tierra es sólida, tiene sustancia, se forma de roca y mantillo. Podemos coger un poco de tierra con la mano. El color que más se relaciona con la tierra es el rojo viejo. Además de ser un elemento por derecho propio, la tierra es el aspecto material de los demás esenciales, puede contenerlos o verse afectada por ellos de algún modo [...].

-El Segundo Elemento es el Agua. [...] A veces el agua cae del cielo, a veces reposa en la superficie de la tierra o fluye sobre ella, o la traspasa dentro de las cuevas. A veces es absorbida y pasa a ser parte de la tierra. El agua es móvil; el color del agua suele ser transparente o azul, aún cuando parezca lodosa. Cuando el agua es marrón, se debe a que estamos viendo el color de la tierra mezclada con el agua. El agua puede verse y palparse, y tragarse, pero no puede retenerse con los dedos, aunque sí cuando ahuecamos la palma de la mano [...]. El agua debe estar contenida en algo, un vaso, un odre, vuestro propio cuerpo. Vuestro cuerpo necesita retener agua [...] Todos los seres vivos necesitan agua, tanto las plantas como los animales [...] El agua puede ser peligrosa. La gente puede ahogarse en ella. [...]

-Sabemos que el agua puede ser muy peligrosa, pero también lo es el Viento, y ese es el Tercer Elemento. [...] Al igual que el agua, el viento tampoco puede cogerse, ni puede retenerse ni verse, aunque sí se ven sus efectos [...]. Cuando el viento está quieto, ni siquiera se siente, pero puede ser muy poderoso, capaz incluso de arrancar árboles. Puede soplar con tal fuerza que es imposible avanzar contra él. El viento está en todas partes. No hay lugar en el que no lo haya, ni siquiera en la cueva más profunda, aunque allí normalmente está quieto. Uno nota su presencia porque es posible moverlo agitando algo. El viento se mueve también dentro de un cuerpo vivo. Se siente cuando tomamos aire y cuando soplamos. El viento es esencial para la vida. Las personas y los animales necesitan viento para vivir. Cuando su viento se detiene, sabemos que han muerto [...].

-El Cuarto Elemento es el Frío [...]. Al igual que el viento, el frío tampoco puede cogerse ni retenerse, pero sí sentirse. El frío origina cambios, endurece las cosas y las vuelve más lentas. El frío puede endurecer la tierra, y el agua, convertirla en hielo e impedir su flujo, y convertir la lluvia en nieve o hielo. El color del frío es transparente o blanco. Algunos dicen que lo oscuro causa el frío. Es verdad que el frío arrecia cuando llega la oscuridad de la noche. El frío puede ser peligroso. El frío ayuda a lo oscuro a privar de la vida, pero lo oscuro no se ve afectado por el frío. El frío también puede ser beneficioso. Si los alimentos se colocan dentro de un hoyo frío en la tierra, o en agua cubierta de hielo, el frío evita que se estropeen. Cuando el frío se interrumpe, las cosas que eran transparentes suelen volver a su estado anterior, como el hielo vuelve a convertirse en agua. Las cosas o los elementos de color rojo viejo en general pueden recuperarse del frío: la tierra y la corteza de los árboles, por ejemplo, pero las amarillas o las verdaderamente rojas rara vez. [...]

-El Quinto Elemento es el Calor. El calor no puede cogerse ni retenerse, pero también se siente. Cuando tocamos algo caliente, nos damos cuenta. El calor también puede modificar las cosas, pero mientras que el frío produce cambios lentos, el calor es rápido. Así como el frío consume la vida, el calor y la calidez pueden devolverla. El fuego y calor producen calor. El calor del sol ablanda la tierra endurecida por el frío y convierte la nieve en lluvia, lo que contribuye a que brote la vida vegetal, convierte el hielo en agua, y le permite que vuelva a ponerse en movimiento. El calor del fuego puede cocer los alimentos, tanto la carne como las verduras, y calentar el interior de una morada, pero el calor puede ser peligroso. También puede ayudar a lo oscuro. El color primario del calor es el amarillo, a menudo combinado con el rojo, pero a veces se combina con lo oscuro. El calor puede favorecer al rojo verdadero de la vida, pero un exceso de calor puede propiciar lo oscuro, que destruye la vida.

Extraído de "La Tierra de las Cuevas Pintadas", saga Los Hijos de la Tierra, de Jean M. Auel, Editorial Maeva

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